Me he pasado parte de mi vida recordando situaciones. A veces es el eco de la conciencia quien me dicta la directriz a seguir en el fluir de los versos, al crear situaciones y palabras dormidas que dan color a los poemas y me permiten expresar el rancio dolor.
En su lectura leerán en primera persona que la tristeza es pasajera del tren de los sueños. Al desamor y el deterioro de la pareja, lo que pudiera haber sido y no fue. El recuerdo del antiguo amor, a la esperanza que siempre está ahí y al triste adiós que nos encamina hacia la oscuridad.
En la vida hay sueños de felicidad, hasta que la despiadada sombra de la soledad irrumpe con un despertar tan frío como los rincones solitarios de una abadía.
Encontrarán la ambigüedad y los recados sordos que anuncia el viento, porque los poemas son líneas de ensueños y según con el espejo que se mire.